Smart Mobility

August 23, 2024

¿Mayor Velocidad, Mayor Contaminación? Analizando la Velocidad Promedio en Diferentes Modos de Transporte y su Impacto Ambiental

En el debate sobre la movilidad urbana, una cuestión crucial es si una mayor velocidad en los diferentes modos de transporte realmente implica un aumento en la contaminación. A medida que las ciudades crecen, la relación entre velocidad, eficiencia y sostenibilidad se vuelve más relevante. Este análisis se centra en cómo la velocidad promedio en automóviles, transporte público y micromovilidad afecta tanto al medio ambiente como a la calidad de vida urbana.

Con la llegada de tecnologías como los vehículos eléctricos y la micromovilidad, surgen preguntas sobre su impacto real. ¿Son estos modos de transporte más rápidos y menos contaminantes? En este post exploramos si la búsqueda de mayor velocidad está alineada con la necesidad de reducir la huella ambiental en nuestras ciudades.

Velocidad y Dinámicas de Automóviles en Áreas Urbanas

La velocidad de los automóviles, que hasta hace poco han tenido una presencia dominante en la movilidad urbana, está influenciada por diversos factores como la densidad del tráfico, los semáforos, las intersecciones y la calidad de las vías. Además, factores externos como el clima y la hora del día pueden afectar aún más su velocidad.

Desde mayo de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite de velocidad de 30 km/h en áreas urbanas. Esta medida no solo reduce la velocidad vehicular sino que también protege vidas, especialmente a los más vulnerables como peatones, ciclistas, niños y personas mayores. Además, estudios muestran que la velocidad promedio en zonas urbanas ya oscila entre 20 y 30 km/h, lo que no solo disminuye la gravedad de los accidentes sino que también ayuda a prevenirlos.

Comparativa: Velocidad del Transporte Público vs. Transporte Privado

A primera vista, el transporte privado puede parecer más rápido que el público, pero la realidad en entornos urbanos es más compleja debido a los siguientes factores:

  • Velocidad y Eficiencia: Aunque los automóviles pueden alcanzar velocidades más altas, factores como el tráfico y los semáforos reducen su velocidad efectiva. En contraste, el transporte público, especialmente en carriles exclusivos, puede mantener una velocidad constante y predecible.
  • Capacidad de Pasajeros: Un autobús o tren puede transportar a decenas o cientos de personas, mientras que un automóvil generalmente solo lleva a una o dos. Esto significa que el transporte público, aunque más lento en promedio, es más eficiente en términos de capacidad y congestión.
“La tasa media de ocupación de los coches es 1,4 pasajeros” (Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible” Gobierno de España.
  • Uso del Espacio Urbano: El transporte público ocupa menos espacio por pasajero en comparación con los automóviles privados. Esto libera espacio en las ciudades para usos más sostenibles, como áreas peatonales, ciclovías y zonas verdes, que contribuyen a mejorar la calidad de vida urbana.
Una foto para reflexionar: "How much public space we've surrendered to cars". Swedish Artist Karl Jilg illustrated.

  • Impacto Ambiental: Al mover a más personas con menos vehículos, el transporte público reduce significativamente las emisiones per cápita. Esto es crucial para reducir la contaminación y la huella de carbono en las ciudades.
  • Velocidad Promedio: Velocidad típica en áreas urbanas.
  • Capacidad de Pasajeros: Número de personas que puede transportar en promedio.
  • Uso del Espacio Urbano: Cantidad de espacio que ocupa en la infraestructura urbana.
  • Impacto Ambiental: Nivel de emisiones de CO₂ y otros contaminantes, basado en datos aproximados.
  • Eficiencia en Congestión: Efectividad en reducir el tráfico y la congestión.

La Micromovilidad: Un Nuevo Actor en la Eficiencia Urbana

La micromovilidad, que abarca bicicletas eléctricas, scooters y otros vehículos ligeros, está emergiendo como una alternativa eficiente y sostenible para distancias cortas en entornos urbanos:

  • Velocidad y Accesibilidad: Los vehículos de micromovilidad, como los scooters eléctricos y las bicicletas eléctricas, tienen una velocidad promedio menor que los automóviles pero son muy eficientes para recorridos cortos. ¿Sabías que el 60% de los trayectos que se realizan en coche son en distancias de menos de 8 kilómetros? (Sergio Díez, Cofundador y Director de Connected Mobility Hub). La capacidad de la micromovilidad para esquivar el tráfico y utilizar carriles específicos les permite mantener una velocidad efectiva más alta en comparación con el transporte público en condiciones de congestión.
  • Impacto Ambiental: La micromovilidad, al estar impulsada por electricidad en muchos casos, tiene una huella de carbono significativamente menor en comparación con los automóviles de combustión interna. Aunque la producción de las baterías tiene un impacto ambiental, el uso general de estos vehículos puede ser mucho más sostenible si se consideran sus beneficios en términos de reducción de tráfico y emisiones.

  • Integración en el Transporte Público: La micromovilidad puede complementar el transporte público al ofrecer soluciones de última milla, facilitando el acceso a estaciones de autobuses o trenes. Esto puede mejorar la eficiencia general del sistema de transporte al reducir la necesidad de vehículos privados para trayectos cortos y contribuir a una reducción de la congestión urbana.

Velocidad y Contaminación: Una Relación Ineludible

La relación entre velocidad y contaminación es un tema central en la sostenibilidad urbana:

  • Emisiones de Contaminantes: A mayor velocidad, los motores de los vehículos tienden a ser menos eficientes, lo que incrementa las emisiones de CO₂, NOx y partículas.
  • Consumo de Combustible: A altas velocidades, el consumo de combustible aumenta debido a la resistencia aerodinámica y la necesidad de mayor potencia, lo que incrementa las emisiones y contribuye a la contaminación del aire.
  • Accidentes y Congestión: Las velocidades altas están asociadas con más accidentes, lo que no solo es peligroso sino que también genera más tráfico y emisiones debido a la ralentización del flujo vehicular.
  • Regulaciones y Salud Pública: Muchas ciudades están adoptando Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) para reducir la contaminación, lo que ha demostrado ser eficaz para mejorar la calidad del aire y reducir el tráfico en general. Estas medidas también tienen un impacto positivo en la salud pública, al disminuir enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Conclusión

La velocidad en el transporte tiene un impacto significativo en la sostenibilidad urbana. Mientras que el transporte privado puede ofrecer mayor velocidad en circunstancias ideales, el transporte público y la micromovilidad demuestran ser superiores en eficiencia, sostenibilidad y capacidad para reducir la congestión y la contaminación. Para construir ciudades más limpias y habitables, es esencial adoptar enfoques integrados que equilibren tecnología, políticas y hábitos de transporte.

Diego Ochoa
Marketing Manager