Entrevistas

July 14, 2022

¿Cómo conseguir una movilidad interurbana más sostenible?

Consideraciones previas

Cuando hablamos de movilidad interurbana sostenible,  nos referimos a un tipo de movilidad que se satisface en un tiempo y con unos costes razonables, y que minimiza los efectos negativos sobre el entorno y la calidad de vida de las personas.

La movilidad interurbana sostenible prioriza la proximidad y la accesibilidad sobre la movilidad y el transporte, propugnando un modelo de ciudad más compacto, en el que se puedan satisfacer las mismas necesidades con desplazamientos más cortos y autónomos, y da un nuevo tratamiento al espacio público para que el peatón sea el protagonista.

Claves sobre las políticas de movilidad

Durante muchos años, las políticas clásicas de movilidad (creación de infraestructuras y gestión de la oferta) trataron de cubrir la creciente demanda de movilidad, teniendo como eje central el automóvil, tratando de facilitar su circulación y haciendo el tráfico más fluido.

Ante el aumento del nivel de motorización, estas políticas resultaron insuficientes. Se comenzaron entonces los esfuerzos por reducir el uso del automóvil, incentivando otras formas de movilidad mediante una planificación urbanística que priorizase la proximidad y la accesibilidad sobre movilidad y transporte.

Pero, ¿cómo hacer para que la movilidad interurbana sea más sostenible?

Es cierto que la primera medida para una movilidad interurbana más sostenible es reducir la necesidad de desplazamiento creando cercanía, es decir, con la posibilidad de estudiar, comprar, trabajar y divertirse cerca del lugar de residencia.

Hay una parte de esta necesidad que es responsabilidad individual, para lo cual es necesario que exista una voluntad en la ciudadanía de adoptar unos hábitos más saludables y sostenibles a la hora de moverse. La otra parte es responsabilidad de las administraciones y que tiene que ver con el desarrollo de medidas para cumplir con los objetivos de sostenibilidad de la Unión Europea (Agenda 2030).

Sin embargo, como es inevitable transportarse, queremos a continuación mostrar algunas ideas para mejorar la eficiencia de los viajes según las distancias:

Para distancias cortas, lo mejor es la movilidad activa ?

    Caminar o ir en bici, deberían ser la primera opción para moverse en distancias cortas.

Para distancias medias, usa el transporte público o colectivo, carsharing o MaaS ?

    Para una distancia media, la bicicleta sigue siendo una opción viable para un gran número de personas. Si bien para ello es necesario la construcción de carriles bici en las carreteras, campañas de concienciación y seguridad vial, incentivos para la compra de material ciclista y para la instalación de aparcamientos ciclistas, duchas y vestuarios en los centros de trabajo o educativos, etc.
    Como alternativa a la bicicleta, se debe promover el transporte colectivo. Para hacer este tipo de transporte  más sostenible, se podría mejorar su eficiencia con vehículos completamente eléctricos, híbridos o con combustibles alternativos.
    A partir de cierto tamaño de la población, suele existir y es viable promover transporte público regular. Para esos casos, el modelo de transporte a la demanda, en más de una ocasión, puede ser interesante si está disponible.
    Si pese a todo resultase necesario recurrir al uso del coche, también existen formas de hacer un uso más racional del mismo, compartiendo viajes. Se pueden organizar de manera informal entre conocidos o se puede facilitar mediante aplicaciones para móvil o plataformas web tipo BlaBlaCar, Amovens, etc. También podrían adoptarse soluciones de car-sharing vía acuerdos entre conocidos o a través de clubs de varios socios que viven en la misma zona.
    Otra opción sería extender los modelos de movilidad como servicio que buscan evolucionar de la cultura de la posesión de los medios de transporte a la de la disponibilidad de los mismos para su uso en cualquier momento.

Para distancias largas, analiza las etapas del viaje para hacerlo lo más sostenible posible ?

La forma más fácil de pensar cómo hacer estos traslados más sostenibles, es analizando cada viaje en etapas. Por ejemplo, uno puede necesitar desplazarse 30 km para ir a trabajar, lo cual es demasiado para hacerlo en bicicleta. Pero quizás se puede ir en bici 5 km hasta una estación de tren o una parada de autobús que nos acerca al destino y o bien llevarse la bici o bien dejarla aparcada y recogerla a la vuelta. Esto es lo que se conoce como park-and-ride o aparcamientos disuasorios

En este sentido, cuanto más largo y complejo sea el viaje, más difícil será combinar el uso de transporte público y formas de moverse más sostenibles. Así mismo, en las distancias largas también jugará un papel importante el tiempo total de viaje. No se trata de no usar nunca el coche. El coche es útil y una buena opción en viajes largos y difíciles.

En definitiva, las alternativas y las tecnologías existen. Lo que suele faltar es voluntad  política y recursos destinados a estos problemas por parte de las administraciones; pero también falta voluntad individual de la ciudadanía por cambiar su mentalidad y sobre todo sus hábitos.

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