Smart Mobility

November 2, 2021

¿Cambiará radicalmente la movilidad tras el COVID-19?

El brote de COVID-19 ha cambiado la forma en la que interactuamos con el mundo que nos rodea y también ha provocado un cambio en muchas industrias. La inesperada pandemia y las medidas tomadas para moderar sus consecuencias negativas nos han llevado a la mayor interrupción del siglo. La rapidez en analizar y adaptarse a los diferentes escenarios futuros puede ser la clave del éxito para superar este período de incertidumbre. Puesto que el sector de la movilidad ha sido uno de los más afectadas por el brote, en el presente artículo se analizarán las medidas de aislamiento en la industria, y se valorará el grado en el que las consecuencias a largo plazo pueden afectar la movilidad incluso después del pico de la pandemia. Aquellos que puedan ser flexibles e innovar, es posible que en el futuro estén un paso más allá de su competencia en el futuro. No obstante, la colaboración también juega un papel importante.

Variaciones iniciales en la movilidad

Con la noticia de que el virus se propaga más cada día, el transporte público se convirtió en un alto riesgo de transmisión debido al gran volumen de usuarios y al espacio limitado. La mayoría del transporte público tiene varias superficies compartidas por los usuarios, como manillas y asientos, en las que normalmente confiamos para mantenernos cómodos y estables, pero mediante los cuales indirectamente fomentamos el contacto. Debido a la difícil tarea de identificar posibles portadores del virus en un espacio cerrado, gran parte del transporte público se convirtió en una opción menos atractiva con una consecuente disminución de los usuarios del mismo.

Pero, ¿qué pasa con la movilidad compartida durante las semanas previas a la cuarentena? A medida que se descubrió la gravedad de la situación, algunas ciudades comenzaron a incorporar carriles para bicicletas adicionales en la búsqueda de distanciamiento social y experimentaron un notable aumento en el ciclismo. Por ejemplo, Bogotá (Colombia) abrió 76 kilómetros de carriles temporales para bicicletas, mientras que el servicio de Citi Bike en Nueva York experimentó un aumento de la demanda del 67% en marzo. En cambio, otras compañías de movilidad compartida que operan en países cuyas medidas para restringir el movimiento con el fin de reducir la propagación han ido más allá, experimentaron el efecto contrario. Las principales compañías de VTC como Uber y Cabify, han sufrido una reducción de demanda del 60% en España durante la semana anterior a la cuarentena.

A medida que el virus continuó propagándose, se tomaron medidas adicionales en un intento por frenar la transmisión a través del transporte. Varios operadores de movilidad aumentaron su protocolo de comunicación interno para distribuir pautas de comportamiento y nuevas políticas COVID-19 a su personal operativo. La mayoría de las autoridades públicas elevaron sus requisitos de limpieza, exigiendo a todas las compañías de movilidad que incluyan sustancias más fuertes entre sus productos y aumenten la cantidad de veces que se limpiaron superficies como rieles, manillares y puertas.

Posteriormente, la Unión Europea ordenó a todos los sistemas de transporte de cada país miembro que redujeran parte de los servicios de movilidad, establecieran controles fronterizos y suspendieran el turismo.

¿Cómo fue durante el confinamiento?

Esta medida se reprodujo en la mayoría de los países del mundo y pasamos rápidamente de un período inicial de incertidumbre y restricción, a un cierre casi total de todos los movimientos no esenciales. Previsiblemente, las restricciones han comenzado a crear dificultades financieras para las empresas de transporte puesto que ya no están teniendo un uso frecuente. Asimismo, estas limitaciones han ejercido una gran presión sobre aquellos que aún trabajan en el sector y que han tenido que asumir la responsabilidad de abastecer a sus comunidades con las necesidades mínimas, incluido el transporte.

A medida que continúa el confinamiento en la actualidad, la mayoría de los usuarios de transporte público han disminuido significativamente en todo el mundo, aunque observamos algunas excepciones. Como era de esperar, la reducción de los viajeros que utilizan el transporte público es directamente proporcional a la severidad de las medidas de confinamiento en cada lugar y la incapacidad de realizar tests rápidos. Del 16 de febrero al 29 de marzo, el uso del transporte en el Reino Unido y España disminuyó en un 75% y un 88%, respectivamente. Sin embargo, en otros países donde ha habido diferentes enfoques para manejar la pandemia, como Suecia o Corea del Sur, la disminución ha sido menos severa, con un 36% y 17% respectivamente. Por ejemplo, Corea del Sur implementó con éxito una cuarentena rápida y pruebas exhaustivas de contagio que permitieron a las personas reanudar el uso del transporte, aunque a un ritmo reducido. Pese al ensombrecimiento de nuestra situación, podemos inferir con seguridad que la cantidad de pasajeros aumentará una vez que se levante el confinamiento si usamos países como Corea del Sur, así como otros como China como ejemplo. El país del epicentro de la pandemia ahora se está reabriendo después de meses de encierro y está viendo cómo la cantidad de pasajeros aumenta gradualmente en el metro de varias ciudades a medida que comienzan a recuperarse.

¿Qué sucede entonces con la movilidad compartida? El sector de la movilidad compartida también ha experimentado una fuerte caída en su actividad a pesar del aumento inicial previo a las medidas de cuarentena. La empresa BiciMAD de bicicletas compartidas con sede en Madrid, cerró por completo las operaciones hasta el 22 de abril. En aquellos países donde se limita la movilidad en lugar de restringirla por completo, o en aquellos trabajadores que siguen necesitando transporte para desplazarse, hemos visto un cambio de tendencia hacia modos compartidos ya que permiten un mayor distanciamiento que el metro o el autobús. En Pekín, sin ir más lejos, el uso compartido de bicicletas ha aumentado en un 150%.

Desde el transporte público y la movilidad compartida hasta el transporte aéreo, se han visto enormemente afectados por la pandemia tal y como muestran las estadísticas financieras. En el caso de la empresa Lufthansa, se encuentra en negociaciones con el Gobierno alemán sobre posibles ayudas estatales que proporcionen una recuperación más rápida en casos de cancelaciones generalizadas, así como ventajas iniciales para las operaciones una vez que la pandemia disminuya y se vuelva a la normalidad (o nueva normalidad).

Si deseas ver cambios adicionales en el sector de la movilidad por país como resultado de las políticas establecidas para combatir COVID-19, echa un vistazo a este detallado informe desarrollado por Google.

La respuesta de la industria

A pesar de que las entidades públicas y privadas del sector de la movilidad han sufrido un fuerte impacto, han desarrollado (y continúan desarrollando) respuestas creativas y rápidas para satisfacer las nuevas necesidades. Estas iniciativas abarcan desde actualizaciones de procesos en seguridad e higiene hasta casos de uso completamente nuevos.

Cambios estructurales:

Saneamiento:

Precios y políticas de cancelación:

Nuevas funcionalidades y tecnología:

  • La compañía de patinetes Bird ha creado una nueva funcionalidad en Los Ángeles y Santa Mónica (California) para identificar los servicios disponibles de comida para llevar y entrega de alimentos a domicilio.
  • La ciudad de Auckland ha presentado una nueva función en su aplicación para notificar a los pasajeros sobre el número de personas que utilizan el transporte en tiempo real, con el objetivo de que los usuarios puedan elegir viajar en momentos de poca actividad.

Si bien el coste de estas medidas ha sido considerable, esta rápida reacción del transporte público y los servicios de micromovilidad ha ayudado a contener el virus y, por lo tanto, es probable que haya contribuido a aliviar parte de la tensión en el ya saturado sistema sanitario. A pesar de que las compañías de movilidad pueden tener que dar otro enfoque o ajustar algunos de sus servicios después de la pandemia, sus rápidas respuestas han ayudado a tranquilizar a la población y pueden crear una sensación de confianza duradera que facilite retomar su uso regular una vez que sea seguro.

Echa un vistazo en profundidad a todas las iniciativas de las compañías de movilidad compartida en esta detallada lista recopilada por Augustin Friedel, Director de Estrategia de Intermodalidad para Volkswagen.

¿Desplazamientos después de la Covid19?

Perspectiva del proveedor

Más allá de las respuestas en tiempo real, los proveedores de transporte pueden tener por delante otros desafíos a largo plazo. Si algunas de las nuevas medidas que COVID-19 ha puesto en tránsito persisten más allá del pico de la pandemia, los operadores pueden necesitar comenzar con medidas de seguridad más permanentes o incluso considerar cambios más profundos.

Según el estudio de Richard Florida y Steven W Pedigo de la Universidad de Texas, hay ciertas acciones que el transporte público y privado puede llevar a cabo para garantizar un futuro más seguro:

  • Rediseño del sistema de transporte público: cuando el transporte público se convierta en una opción viable, puede requerir nuevas modificaciones en los asientos, limitaciones de capacidad e incluso la redistribución de ciertas estaciones y paradas.
  • Movilización de aeropuertos: los procedimientos que deben adoptarse regularmente incluyen la realización de controles de temperatura corporal, exámenes de salud, reducción de multitudes y demoras para promover la distancia social.
  • Planificación de nuestras calles: para conseguir un distanciamiento social continuo será necesario realizar algunos ajustes. Agregar y expandir carriles para bicicletas, repensar la movilidad compartida y el rediseño de la acera son solo algunos de los cambios que pueden ocurrir en las ciudades.
Fotografía de Tedward Quinn en Unsplash
La capacidad de recuperación también dependerá del modelo de negocio.

Antoine Verhulst, analista de datos de Blablacar, considera que el modelo de negocio flexible y resistente de la empresa facilitará el retorno al uso relativamente normal de los servicios. El hecho de tener demasiados costes fijos también facilitará una recuperación más rápida.

Gerard Martret, socio fundador de la empresa de transporte a la demanda Shotl, enfatiza la importancia de los datos y cree que la tecnología es la clave para una recuperación rápida. Shotl, que combina a varios pasajeros que se dirigen en la misma dirección al mismo minibus, ahora está utilizando datos para limitar el número de pasajeros en cada vehículo. La limitación de usuarios permite el distanciamiento social y se continuará haciendo después del COVID-19 si los pasajeros lo demandan. Martret también predice que aparecerán nuevas herramientas para testear la salud de los usuarios anónimamente y ayudar a prevenir situaciones como esta.

Otros incluso piensan que las empresas de micromovilidad pueden tener un impacto positivo y pueden sobrevivir. Bradley Tusk, cofundador y socio gerente de Tusk Ventures e inversor en Bird, declaró que los viajeros pueden evitar las formas más tradicionales de transporte público, como autobuses y metros, con modos más individuales como patinetes o bicicletas. El comportamiento de los usuarios en ciertas ciudades ha confirmado que esta hipótesis es cierta al menos a corto plazo. En consecuencia, los gobiernos podrían aflojar las regulaciones para los proveedores de micromovilidad y revertir las prohibiciones, de manera que se facilite el uso a nuevos usuarios.

Además, es posible que la se incremente la presión para responder a las preocupaciones ambientales en la industria del transporte. La disminución de los desplazamientos y el transporte diarios ha tenido (a un gran coste) un impacto positivo en la calidad del aire. Como se describe la investigación llevada a cabo por Intelligent Transport, el bloqueo de COVID-19 ha disminuido significativamente las emisiones de NO2 y ha reducido el riesgo de enfermedades producidas o agravadas por la contaminación. Estas mejoras ambientales generadas por la respuesta COVID-19 (y buscadas por gran parte de la población antes del brote) pueden presionar al sector de la movilidad para que sea más exigentes respecto al desarrollo y la promoción de desplazamientos sostenibles, y a los gobiernos para regular las emisiones, incluidas las producidas por vehículos privados. En cuanto al futuro del modelo de MaaS, servirá para reducir nuestra huella de carbono colectiva, al mismo tiempo que garantiza el acceso a un transporte que permite el distanciamiento social y las actualizaciones en tiempo real sobre la conglomeración de multitudes.

Perspectiva del usuario

Con el fin de explorar la perspectiva del usuario, Meep realizó una encuesta para comprender qué piensa nuestra comunidad sobre el uso futuro del transporte. Aproximadamente el 75% de los 500 encuestados expresaron su disposición a usar el transporte después de la cuarentena de manera similar a cómo lo usaron antes del brote. No obstante, los resultados de la encuesta también apuntan que la mitad de los encuestados ven el distanciamiento social en el transporte público como una valiosa herramienta que se debe mantener una vez que finalice la cuarentena.

Esto podría traducirse en diferencias en los patrones de movilidad e indica que la vida urbana también puede experimentar un cambio significativo. Pese a que una población densa es precisamente lo que define una ciudad, los habitantes de las ciudades podrían continuar buscando espacio y distancia. Esto puede suceder por ejemplo, a través del trabajo en remoto, que suprimiría la cercanía al trabajo como factor a la hora de decidir donde vivir. A más largo plazo, podríamos ver los límites de la ciudad expandiéndose o la reubicación general, lo cual alteraría las necesidades y los usos del transporte.

Volviendo de nuevo a los resultados de la encuesta, los participantes también continúan confiando en el transporte público, pero esperan que los operadores mantengan algunas de las medidas excepcionales establecidas durante el período COVID-19 incluso después de que el virus se convierta en una menor amenaza. Aunque se ha mostrado una percepción generalmente positiva del transporte público, los encuestados también han desarrollado una sensación de desconfianza hacia los órgano de gobierno. Esto se deriva principalmente a una percepción de una mala gestión y de una falta de eficiencia con respecto a la lucha contra el virus.

Principales conclusiones

Observamos muchos negocios de todos los sectores, incluido la movilidad, que actúan con precaución pero también con flexibilidad por parte de la dirección de la empresa. Los patrones más comunes entre las entidades exitosas incluyen:

  • La preparación de planes para múltiples escenarios puesto que una pandemia global como COVID-19 no tiene precedentes y no podemos estar seguros del futuro.
  • Considerar usos alternativos para la tecnología ya existente, productos o servicios, incluidos los activos de la empresa, como los datos.
  • Establecer y expandir canales digitales puesto que el consumo del contenido digital ha sufrido un aumento considerable.
  • Adoptar o mejorar las políticas de Responsabilidad Social Corporativa que contribuyen a la comunidad.

Meep continuará recopilando noticias en la industria de la movilidad y las seguirá compartiendo a través de nuestra newsletter. Actualmente estamos trabajando en la actualización de nuestro nuestro algoritmo y plataforma para satisfacer las necesidades cambiantes y dinámicas, tanto de nuestros operadores como de nuestros viajeros, incluidos los billetes con contactless y la digitalización de la red y los servicios de transporte. Sin embargo, nuestro objetivo de proporcionar una forma más inteligente y sostenible de moverse se ha mantenido igual. En estos tiempos inciertos y difíciles, esperamos que nuestra tecnología pueda contribuir de alguna manera a la recuperación de las ciudades y sus habitantes al potenciar la movilidad segura.